Fui desde Cracovia hasta París, Francia, justo después de la honrosa Pascua, cuando su majestad el difunto rey Segismundo III armado con su ejército y su hetman de batalla, el señor Stanislaw Żółkiewski, un noble de Lviv, salía hacia la reunión del parlamento de Varsovia, después de la cual, durante la guerra civil, tuvo lugar la estéril batalla de Guzów.

            (...)

            De Praga fui a Núremberg y de Núremberg a Estrasburgo. Entre Núremberg y Estrasburgo sucedió que, cabalgando a través del enorme bosque, tupido y lleno de senderos, perdí todo contacto con mi gente. Sin hablar ni entender ni una palabra de alemán, sólo recuerdo tener que cruzar un río cuarenta y una veces para encontrar un alojamiento para dormir. Conté cada travesía con ayuda del rosario. Mi gente pensaba que me dirigía a la villa, así que no se preocupó por mí. Cuando se dieron cuenta de que no aparecía y preguntaron en vano si alguien me había visto, empezaron a preocuparse. Al final fueron a la villa y al no encontrarme empezaron a llorar y a lamentarse. Ordenaron que se me buscase a pie y echaron a andar ellos también. Cuando empezó a amanecer, llegué a los pueblos de los alrededores y cuando nos encontramos, dimos juntos gracias al Señor Nuestro Dios.

            Después cabalgué durante unos días hasta Estrasburgo, desde Estrasburgo a Lorena, pasando por Nancy, donde hay un hermoso fuerte. Desde allí fui hasta la Champaña, pasando por Châlon sur Marne, la ciudad de mayor tamaño de la Champaña, bastante grande y poblada. A pocos días de Pentecostés salí de allí rumbo a París. A lo largo de mi peregrinación desde Praga hasta Francia, pasando por suelo alemán, las ciudades más bonitas fueron éstas: Núremberg, una ciudad muy grande, rica en mercados, diversos negocios y casas, y altas viviendas de alquiler, aunque también con calles estrechas; y Estrasburgo, una ciudad grande y bella a orillas del Rin, donde se eleva una torre entre otras hermosas torres y que es prueba de la excepcional habilidad manual y grandeza cristianas.

Sobieski, Jakub: Peregrynacja po Europie (1607-1613) / Droga do Baden (1638), oprac. Józef Długosz, Wrocław: Zakład Narodowy Im. Ossolińskich, 1991, pp. 43-46.

Traducción inédita de Paz Huete Iglesias.