Cuando fue degollado Sant Yago, algunos de sus discípulos que, después de sus andanzas por Galicia predicando los Evangelios, le habían acompañado a Jerusalén, recogieron el cuerpo del Apóstol,
lo metieron en una barca y se hicieron mar afuera. [...]
Cuando llegaban derechos de Portugal, ya por la costa de Galicia, a un lugar llamado Bouzas, había allí una gran fiesta. Y la fiesta era por el casamiento del hijo de un rico hombre de tierras de
Gaia, en la ribera del Duero, con la hija de otro rico hombre señor de la Maía. [...]
Y aconteció que, cuando el novio en su corcel iba bafordando, el caballo en un rápido salto se metió en el mar y se sumergió. Y todos vieron con espanto cómo hombre y caballo desaparecían bajo
las aguas. Y solo se veía como una estela de espumas que flotaba sobre las ondas del mar e iba hacia una nave que se veía algo distante y que era aquella donde venía el cuerpo del Apóstol sant
Yago. Al fin salió el caballo con su caballero a la superficie del mar, allí mismo al lado de la nave. Y todos desde tierra pudieron ver aquel milagro.
Y el caballero se miró y vio el caballo y la silla y el pectoral y los estribos y los paños todos cubiertos de vieiras y, para cerciorarse más de aquello, se quitó el sombrero y vio en él otro
tanto. [...]
El caballero dijo a los navegantes todas las cosas tal cual le habían sucedido y, mostrándoles las vieiras de que iba cubierto, les preguntó qué les parecía de todo aquello.
Ellos respondiéronle:
― Verdaderamente Dios quiere elevarte y Jesúcristo, por este su vasallo que aquí traemos nosotros en esta barca, ha querido mostrar por él su poder a ti y a todos los que ahora son vivos y a los
que después habrán de venir, que en este su vasallo quisieren amar y servir y que lo vengan a buscar allí donde él sea enterrado, y que deben traer conchas como esas de que tú has sido
«conchado», como señal y sello de privilegio.
[...]
Y desde entonces, todo peregrino que habría de ir en lo sucesivo a Compostela en procura de sant Yago llevaba por señal las conchas de vieira en el sombrero y en la esclavina del sayal.
Carré Alvarellos, Leandro: Las leyendas tradicionales gallegas (fragmento; 1969), Madrid: Espasa Calpe 2002, pp. 90-91.